Panorama fitosanitario noviembre 2015

Noviembre 2015

ENFERMEDADES CUARENTENARIAS

Si bien inciden en forma favorable sobre la producción, las actuales condiciones de humedad y temperatura también propician la aparición de problemas sanitarios en el cultivo.

No todas las enfermedades tienen la misma importancia. La relación comercial entre los países está condicionada principalmente por el interés y la disponibilidad para vender (oferta) y comprar (demanda). Sin embargo, existen factores que pueden obstaculizar estas acciones como por ejemplo, arancelarios, oferta o demanda limitada, políticas económicas y problemas sanitarios, entre otros. Las organizaciones nacionales o regionales de protección vegetal tienen diferentes políticas para determinar las medidas fitosanitarias para un organismo plaga.
Se considera cuarentenaria a una plaga que posee importancia económica potencial para el área en peligro, tanto cuando no está presente en el cultivo y cuenta como una amenaza posible, como cuando ya presente, no está extendida y se encuentra bajo control oficial. En nuestra región hay dos enfermedades en los cítricos que revisten esta calificación para importantes mercados: Mancha negra y Cancrosis.
El 25% de la producción argentina de limón se exporta como fruta fresca. Los principales compradores hasta hoy -más del 60%- son los países que componen la Unión Europea. Casualmente, estos son los más interesados en evitar el ingreso de fruta con síntomas de las dos enfermedades mencionadas. En este sentido, el uso correcto -en tiempo y forma- de los productos cúpricos y las estrobilurinas, resulta clave en la estrategia de manejo de las mismas.

Mancha negra
La mancha negra de los cítricos fue uno de los problemas más importantes de la campaña de exportación de limón en 2015.
Esto se debió a que hubo una mayor incidencia en algunas zonas de la provincia complicando la comercialización de la fruta fresca con destino a la Unión Europea. Citricultores de España reclaman a sus autoridades sanitarias mayores controles de esta enfermedad a pesar de que estudios científicos han demostrado que el fruto no es una vía de dispersión de la enfermedad hacia áreas libres de ella. Esta situación debe ser tenida en cuenta hoy mismo para la fruta que se exportará en 2016, ya que está en pleno crecimiento y entrando al periodo más crítico de infección, que es diciembre-enero.

Recomendaciones
La fruta debe estar protegida con cúpricos desde el cuaje hasta el mes de febrero; se recomienda incluir además estrobilurinas en una o dos aplicaciones durante el periodo crítico mencionado, para alcanzar la máxima eficacia.

Hay que complementar el control químico con prácticas culturales que apunten a disminuir la fuente de inóculo secundario, conidios presentes en ramas secas y frutos maduros con síntomas. La poda que se haya realizado en los lotes y su posterior remoción contribuirá a alcanzar la máxima eficacia de control. Así también la cosecha de la fruta de verano, madura y con presencia de lesiones con las fructificaciones del hongo. Mientras más tiempo permanezca esa fruta en el árbol con la fruta en crecimiento mayor será el riesgo de infecciones secundarias por el arrastre de los conidios por el agua de lluvia.

Melanosis y podredumbre amarga

Otras dos enfermedades que han causado severas pérdidas en 2015 fueron melanosis, que afectó marcadamente la calidad de la fruta, y podredumbre amarga o Sour Rot.
Las condiciones de la presente campaña son favorables para la infección de melanosis. Se han recibido numerosas consultas en nuestros laboratorios por su aparición temprana. Se la comenzó a observar en cáliz y en frutos recién cuajados, en forma generalizada incluyendo zonas donde no es frecuente que se manifieste. Esa infección temprana pudo ser consecuencia de las lluvias de agosto, que registró valores de milimetraje y días de lluvia superiores a los normales.

La podredumbre amarga, sigue presente hoy en la fruta destinada a mercado interno. Se recomienda el uso del propiconazol, fungicida de reciente registro para su uso en cítricos en la Argentina. Su eficacia está demostrada en los ensayos de la EEAOC, que prosiguen para determinar las dosis mínimas efectivas y los residuos en fruta y en pulpa.

Cancrosis de los cítricos

La cancrosis, causada por Xanthomonas citri subsp. citri, es una de las más graves enfermedades bacterianas de los citrus y se presenta como endémica en las principales regiones productoras de cítricos del mundo. La cancrosis de los citrus tiene un amplio rango de hospederos cultivados y no cultivados dentro de la familia de las rutáceas. Sin embargo existen diferencias con respecto a la susceptibilidad de especies, portainjertos, híbridos y cultivares que han sido reportadas en otras zonas citrícolas del mundo. La suscptibilidad por especie en orden decreciente es: pomelo, naranja, limón, mandarina y kumquats.

Entre los factores predisponentes más importantes pueden mencionarse: Humedad en superficie, proveniente de lluvia o de riego por aspersión. Temperaturas entre 20 y 30ºC. Viento: velocidades mayores a 6 m/segundo generan la presión suficiente sobre los órganos de la planta para la penetración de la bacteria, a la vez que produce heridas que agudizan la infección. Todo factor que estimule la brotación, favorece la manifestación de la enfermedad.

Otro factor importante es la presencia del minador de la hoja de los cítricos, el cual deja vías de entrada de la bacteria con sus daños en hojas. La bacteria ingresa a los diferentes órganos de la planta directamente a través de las aberturas naturales o por heridas (por granizo, minador de la hoja, ramaleo, espinas, etc.), aun cuando se haya superado el momento de susceptibilidad del órgano comprometido, cualquiera sea el origen de las mismas, no existe resistencia al ataque del patógeno y la infección se produce.

La cancrosis ataca todos los órganos aéreos de la planta: hojas, frutos, tallos y ramas. En frutos, las pústulas con aspecto más o menos eruptivo, corchoso pueden tener unos 2 a 5 mm de diámetro y pueden unirse unos a otros afectando áreas importantes de la epidermis. La apariencia de las lesiones también es suberificada y crateriforme. El minador de los citrus (Phyllocnistis citrella) presente en la región desde fines de 1995, provoca lesiones en los órganos de la planta que constituyen eficientes puertas de entrada para la bacteria. Además, las heridas provocadas por el minador tienen características propias que hacen que la cicatrización sea más lenta que una herida provocada mecánicamente. Observaciones realizadas a campo permitieron determinar una estrecha relación entre los daños de minador y el aumento de inóculo provocado por el elevado número de cancros que se desarrollan sobre las galerías.

Manejo de la enfermedad

La estrategia para manejar esta enfermedad, consiste en la aplicación mensual de productos cúpricos (oxicloruro, hidróxido u óxido cuproso) de amplia disponibilidad en el mercado, desde septiembre hasta enero, por lo menos.

En cuanto a la dosis de los mismos, se debe buscar un equilibrio de modo tal que el cobre cubra la planta en los períodos críticos sin generar fitotoxicidad en la fruta.

Otra medida importante es el control del minador de la hoja. Para ello, cuando el 25% de las hojas nuevas posee una larva, aplicaciones de abamectin terrestres o aéreas tienen una gran eficacia. Estas medidas son más eficientes aún si se aplican a grandes áreas.5