Atacos resistentes

Biotipos resistentes al glifosato
ATACOS O YUYOS COLORADOS

En Tucumán se ha detectado la presencia de Amaranthus palmeri  con resistencia a glifosato. Se trata de una especie proveniente de América del Norte, cuya forma de introducción en nuestro hemisferio no se ha identificado hasta el momento. El foco principal en la provincia está localizado en el Departamento Leales, dentro de un radio de 30 kilómetros con epicentro en la localidad de Los Puestos, aunque ya se han informado manchones en otras localidades.

Ensayos desarrollados por la Sección Manejo de Malezas de la EEAOC en establecimientos privados comienzan a arrojar promisorios resultados.

Situación  de los atacos en el país y la provincia

Han sido encontradas dos especies de atacos o yuyos colorados (llamados así en el NOA y en el resto del país, respectivamente) con biotipos resistentes a glifosato. Una de ellas es Amaranthus palmeri, localizada principalmente en el sur de Córdoba y este de San Luis, así como en el Dpto. Leales en Tucumán, aunque también ha sido reportado en Tartagal y Las Lajitas (Salta), y Totoras (Santa Fe). La otra es Amaranthus quitensis, descubierto en la provincia de Santa Fe y del que se van sumando reportes de su presencia (no confirmados) en diferentes provincias.  Esta dispersión geográfica se relaciona con el traslado y la operación de máquinas cosechadoras desde zonas infestadas, cuya limpieza es un aspecto que continúa siendo subestimado como una importante medida preventiva.

Diferenciación

En etapas iniciales, ambas especies son casi idénticas, aunque las plantas de A. palmeri pueden llegar a distinguirse por la disposición de las hojas y el largo de los peciolos. En floración, el mismo se diferencia con mayor facilidad, ya que éste es dioico, existiendo un “ataco macho” y un “ataco hembra”, este último característicamente punzante por sus brácteas desarrolladas. Saber distinguir las diferentes especies y dar importancia a su respuesta al glifosato es el inicio de la preparación para combatirlas. Por ejemplo, cuando el biotipo local de A. palmeri es tratado con este herbicida a las dosis usuales, se encuentran algunas plantas que mueren, pero la mayoría solo muestran síntomas de estar afectadas y luego rebrotan. Ese comportamiento confunde y ocasiona que el problema que se advierta tardíamente.

Peligrosidad

El mayor peligro radica en que ambas especies ya tienen en nuestro país biotipos resistentes a herbicidas con mecanismo de acción por vía ALS. Esta capacidad convierte en inútiles para su control a un buen número de productos comerciales. Todavía no hay una confirmación científica del apilamiento de ambas resistencias en un mismo biotipo, pero son muchas las experiencias de campo que inducen a pensar en su existencia. Afortunadamente, hasta el momento, el A. palmeri de Tucumán sólo es resistente a glifosato.

Manejo de la oportunidad de control

Ambos Amaranthus (quitensis y palmeri) son especies anuales estivales, cuyas emergencias se producen por camadas (cuatro o más) desde que comienzan las lluvias y hasta el fin de la temporada cálida. A diferencia de lo que sucedía con el glifosato, ahora existe un alto riesgo de fallas en los manejos post-emergentes, ya que alguno de los pulsos de emergencia puede escapar a los tratamientos herbicidas, y se conoce que una planta bien desarrollada por metro cuadrado hace nula la producción en esa superficie. Esto se debe a la velocidad con que crecen y a la ineficiencia de la mayoría de los herbicidas para controlarlas cuando éstas superan los 50 centímetros de altura. Por ello, la decisión de aplicación debe tomarse cuando las plantas son pequeñas, ya que alcanzan dicho límite en poco tiempo. Por ejemplo, un temporal de lluvias ocurrido en el lote destinado a ensayos en post-emergencia este año, imposibilitó el uso de herbicidas a tiempo, por lo que se debió recurrir al machete.

Manejo

El manejo de las malezas que se originan por semillas, y muy especialmente de las que lo hacen por camadas, debe realizarse preventivamente mediante el empleo de herbicidas residuales. De éstos, existen algunos herbicidas selectivos con los cultivos de soja y maíz para el control de atacos, los cuales difieren en sus períodos de protección, espectro de control, requerimientos hídricos para su activación, etc., por lo que no deben ser asumidos como herramientas idénticas.

En todos los casos, para poder mostrar las ventajas de su empleo, necesitan de la inexistencia de plantas sobrevivientes del barbecho químico. Además, cuando se los combina en mezclas de amplio espectro, se puede controlar a la mayoría de las especies presentes en el lote.

Barbecho químico

Los atacos RG sobrevivientes del barbecho químico carecen de herbicidas eficientes para su control dentro de los cultivos de soja y maíz. Por ese motivo, el empleo de la mezcla de glifosato + 2,4 D debe realizarse luego de la emergencia de la primera camada y antes de que las plantas superen los 15 a 20 centímetros de altura, momento en que esta deja de tener buena efectividad. Con plantas de mayor tamaño es necesario el agregado de saflufenacil (Heat) a dicha mezcla, herbicida que puede ser reemplazado por atrazina cuando se prevé la siembra maíz.

Los barbechos anticipados o preventivos también son factibles de realizar. Así, los herbicidas residuales diclosulam, imazetapir y Percutor, aplicados a mediados de noviembre, mostraron efectividad para controlar la camada emergida a fines de diciembre, pero perdieron su efecto con la originada luego de la segunda mitad de enero. Con la misma orientación, se trabaja con otros herbicidas residuales con efectos quemantes de plantas pequeñas (flumioxazin y sulfentrazone), pero en general, es el manejo de la oportunidad el factor más importante para determinar la elección de alguna de éstas técnicas, dentro de un programa de rotación de modos de acción.

Manejo del cultivo

Para el manejo de Amaranthus palmeri de Tucumán en el cultivo de soja resultaron como más promisorios, en las últimas 2 campañas, los herbicidas residuales s-metolacloro, flumioxazin, sulfentrazone y diclosulam, a los cuales se agregan imazetapir y acetoclor, con períodos de protección más cortos. En maíz, los más persistentes fueron la mezcla de atrazina + s-metolaclor y Adengo, aunque también acetoclor, metolaclor y Frontier fueron eficientes durante un período de 30 días.

En post-emergencia del citado biotipo en cultivo de soja, los herbicidas fomesafen, imazetapir, benazolin y clorimuron se mostraron eficientes para el control de plantas chicas, pero aquellas mayores a 20 centímetros, se observan algunos rebrotes. Con todos ellos, se obtuvo mejor efecto al aplicarlos en mezcla con glifosato. Debido a condiciones climáticas desfavorables, la evaluación de los herbicidas post-emergentes selectivos con el maíz estuvo sesgada por la pérdida de la oportunidad óptima para la aplicación de  2,4-D, dicamba, benazolin, Callisto, Convey y Equip, pero aún con dicha dificultad se observaron notables diferencias con el testigo sin tratamiento.