Entidades nacionales y provinciales trabajan en conjunto para monitorear y combatir la Diaphorina citri.
El pasado 4 de marzo se encendió una alarma en el sector citrícola de la provincia. En la zona urbana de Manuel García Fernández –localidad ubicada a 26 kilómetros de la capital provincial- se detectó la presencia del insecto Diaphorina citri, el cual transmite la enfermedad de Huanglongbing (HLB) o enfermedad del brote amarillo en los cítricos. A partir de su aparición, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) junto a la
Asociación Fitosanitaria del NOA (Afinoa), la Asociación Citrícola del Noroeste Argentino (Acnoa), el Ministerio de la Producción de Tucumán, la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) y el Comité Regional del Noroeste Argentino (Corenoa), iniciaron un monitoreo intensivo en el paraje del departamento de Leales.
En el marco de las acciones conjuntas para la prevención del HLB en la región del NOA, la detección de este insecto se realizó en una trampa amarilla colocada en una planta cítrica ubicada en el interior de una casa de la mencionada localidad, la cual es una zona donde prevalece el cultivo de la caña de azúcar principalmente, y no se registran quintas cítricas comerciales en las cercanías.
A partir de este descubrimiento, Gerardo Gastaminza, jefe de Sección Zoología Agrícola de la Eeaoc, explicó a LA GACETA que inmediatamente realizaron en el lugar una inspección visual de la planta en particular y de la zona en general. “Corroborada la presencia de Diaphorina citri, nuestras autoridades informaron al Senasa y al Ministerio de Desarrollo Productivo de la provincia y se activó el programa de contingencia. Por otra parte, colectamos insectos vivos que fueron remitidos al laboratorio de la Sección Fitopatología de la Eeaoc, para el análisis del mismo y poder determinar la presencia o no de la bacteria asociada al Huanglongbing (HLB)”.
Durante estas jornadas, el Senasa, en conjunto con la Dirección de Agricultura de la provincia, organismos de investigación y el sector privado (Acnoa / Afinoa), están llevando a cabo un monitoreo de la zona, recolectando muestras de material vegetal para su análisis. Además, se intensificaron las actividades de monitoreo, definiendo anillos concéntricos y se iniciaron las actividades de control del insecto.
No es la primera vez
Gastaminza relató que en el año 2012, la Eeaoc detectó en una planta perteneciente al arbolado urbano de la ciudad de San Miguel de Tucumán, la presencia de este insecto. “En esa oportunidad, también implementamos el plan de contingencia y como resultado del trabajo conjunto, se logró controlar el brote, a través de acciones de monitoreo y control químico del insecto principalmente”, detalló.
Un poco más atrás en el tiempo, a partir de la detección de la HLB en Brasil, en 2004, se creó el programa regional (entre Afinoa y Acnoa) de prevención y detección temprana de la enfermedad . “Uno de los componentes de ese programa es el monitoreo de quintas cítricas tanto para la detección de plantas con síntomas del HLB, como del insecto vector. Como resultado de esas acciones detectamos por primera vez la presencia de Diaphorina citri en 2005
en las provincias de Jujuy y Salta, tanto en quintas cítricas como en áreas urbanas de varias localidades de las provincias vecinas, enfatizó el miembro de la Estación.
Monitoreo constante
En relación al control que se realiza sobre la presencia del insecto en las quintas cítricas de Tucumán, el profesional indicó que hay una red de monitoreo. “Adicionalmente, con la Sección Zoología Agrícola en conjunto con
Afinoa / Acnoa, muchos productores citrícolas, han instalado en sus campos una red de trampeo, la cual en la actualidad cuenta con aproximadamente 3.600 trampas activas en más de 12 empresas distribuidas en toda el área
citrícola de nuestra provincia. Las quintas cítricas bajo monitoreo actualmente alcanzan a las 22.000 hectáreas”, puntualizó Gastaminza.
Pero, en base a la experiencia observada en otros países y la presencia de árboles cítricos en corredores viales y zonas urbanizadas, el monitoreo necesitó expandirse. “En la estación se sugirió la necesidad de incorporar a la red caminera primaria, secundaria y terciaria de la provincia. Esto lo pudimos realizar en el año 2017, junto a Afinoa / Acnoa, quienes implementaron el sistema de barreras móviles y en conjunto diseñamos la red de trampeo, que hoy cuenta con 90 trampas distribuidas en puntos estratégicos de todas las rutas”, informó.
Para los productores interesados, formar parte de la red de monitoreo no tiene costo. Solo deben adquirir las trampas y llevar el control de las mismas.
Casa por casa: trabajo conjunto de entidades
En relación al caso registrado en la provincia, el Senasa informó la puesta en marcha del plan de contingencia, el cual consiste en un monitoreo casa por casa, desde el punto donde se detectó al insecto vector. Es una metodología de
monitoreo circular que abarca un radio de 0.5 a dieciséis kilómetros. “Los técnicos ingresan a las casas y realizan el relevamiento, llenan las planillas y en caso de que se detecte la presencia del insecto vector, se toman muestras y se
envían a los laboratorios correspondientes”, manifestó José Luque, director del Centro Regional NOA Sur del organismo nacional.
Para tener en cuenta
– La enfermedad generada por la Diaphorina citri genera deformaciones en los brotes, coloraciones variadas en los frutos y reducciones en la producción.
– Los especialistas aseguran que resulta clave contar con la colaboración de los vecinos, para que permitan el ingreso de organismos fitosanitarios a realizar las acciones de monitoreo y control del insecto vector.
– En cuanto al productor citrícola, se le recomienda reforzar las actividades de monitoreo del insecto a través de la colocación de trampas y/o observación de brotes.
– La Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres recordó que sigue prohibido el ingreso de la planta ornamental Murraya paniculata y de material vegetal cítrico desde otras regiones del país.