En el manejo de la caña helada, para minimizar las pérdidas de azúcar, es fundamental evitar la quema y el estacionamiento de la materia prima.
La magnitud final de las pérdidas de azúcar dependerá de la incidencia de otros factores cuya consideración y manejo permitirá minimizar las pérdidas potenciales. Por esto, frente a la ocurrencia de las heladas, la actividad azucarera tucumana (cañeros e industriales) debe realizar todos los esfuerzos necesarios para reordenar el desarrollo de la zafra, acelerar y optimizar el ritmo de molienda y efectuar un estricto control de la cosecha, transporte y molienda con el propósito de disminuir al máximo las pérdidas de azúcar.
Entre estos factores podemos destacar la influencia de las condiciones ambientales que se registren luego de las heladas (temperatura y humedad), el comportamiento de los cultivares comerciales (tolerancia al deterioro posthelada, nivel de maduración, capacidad productiva y cobertura), la oportunidad de la cosecha, el sistema de recolección empleado, la eficiencia de su organización y control, etc.
Acciones tendientes a minimizar las pérdidas Recorrer y evaluar daños
Como primera medida tendiente a optimizar la calidad de la materia prima y minimizar las pérdidas de azúcar, se recomienda recorrer y evaluar la situación de cada lote destinado a molienda para priorizar la cosecha en base a los daños observados.
Variedades: debemos considerar su nivel madurativo y la tolerancia al deterioro posthelada.
Es conveniente iniciar rápidamente la cosecha de las variedades menos tolerantes (RA 87-3; TUC 77-42, CP 65-357, otras) y luego LCP 85-384que evidencia una mayor tolerancia al deterioro posthelada.
Estado del cañaveral: se debería priorizar la cosecha de los cañaverales de menor nivel madurativo al momento de las heladas, los de menor producción de caña y/o los que están caídos, ya que resultarán más afectados en caso de ocurrir nuevas heladas.
Cosecha y depuntado: es imprescindible, a fin de minimizar las pérdidas de azúcar asociadas al deterioro, acelerar y optimizar el ritmo de la cosecha, molienda y transporte de la materia prima. Así mismo, cabe recordar que la porción superior de los tallos es la que resulta más afectada por las heladas, por lo tanto, su eliminación mediante un despuntado más severo, evita el procesamiento de materia prima con altos contenidos de impurezas y sustancias indeseables, afectando la recuperación fabril de azúcar y generando un producto de baja calidad. Por otro lado, este despuntado más severo contribuye a acelerar el ritmo de la cosecha.
Estacionamiento: el estacionamiento postcosecha de la caña helada intensifica en gran medida las pérdidas de azúcar, por lo tanto se debe evitar el estacionamiento en canchones y respetar la asignación del ingenio.
Es fundamental evitar la quema del cañaveral, ya que asociada a las heladas y al estacionamiento de la materia prima incrementa exponencialmente el nivel de pérdidas de azúcar. En el estado actual de los cañaverales, con altos niveles de combustibilidad, la quema accidental o intencional de éstos puede provocar su propagación a miles de hectáreas en muy poco tiempo, además de hacer perder en forma total el valor económico del cañaveral, al acelerar el deterioro. Por lo expuesto, resulta imprescindible que tanto los productores como la comunidad toda tomen conciencia que el fuego es el peor enemigo que tiene la actividad. También “Vialidad” debería abstenerse de quemar las banquinas para evitar que desde allí se propague el fuego a los cañaverales. De esta forma, a fin de minimizar el riesgo de incendio en los cañaverales se recomienda:
Todos los esfuerzos que se realicen para optimizar la cosecha de los cañaverales afectados por heladas, al final de la zafra, habrán evitado la pérdida de importantes cantidades de azúcar.
DR. E. ROMERO; P. DIGONZELLI; ING. F. LEGGIO NEME