El manejo químico de las pudriciones de poscosecha en la citricultura actual se ha tornado más complejo como consecuencia de las restricciones en cuanto al tipo de activo a usar durante la etapa de poscosecha y campo, y a los límites máximos de residuos permitidos tanto para la fruta fresca como para la destinada a la industria. Asimismo, a nivel local, ciertas condiciones ambientales, como ser las severas heladas que se vienen registrando en los últimos años en la provincia de Tucumán así como algunos cambios en las prácticas de manejo sanitario, han contribuido al incremento de las podredumbres pedunculares.
La mayor cantidad de material seco en las plantas implica un incremento de la fuente de inóculo de esta enfermedad. En la Sección Fitopatología de la EEAOC, enmarcado dentro del Programa Citrus, se está trabajando en planes de investigación para desarrollar medidas de manejo que puedan minimizar los daños causados por esta enfermedad.
Aislamientos en medio de cultivo realizados a partir de limón de Tucumán |
permitieron constatar la presencia de los dos hongos patógenos causantes de esta pudrición, siendo mucho más prevalente Lasiodiplodia theobromae (syn. Diplodia natalensis) que Phomopsis citri.
Los estudios con fungicidas realizados en la EEAOC mostraron que los productos de uso corriente en los empaques de limón de Tucumán sólo alcanzan un nivel de eficacia medio a bajo para controlar esta pudrición. Si bien existen fungicidas que logran un nivel de eficacia mayor, su uso no está generalizado por diversas razones, como ser restricciones de la industria, restricciones para la fruta fresca de algunos mercados en cuanto al tipo y al número de activos permitidos, activos relativamente nuevos donde el ajuste de la dosis requiere mayor investigación y donde su incorporación implica sumar un principio activo distinto, etc.
En cuanto al momento de aplicación de fungicidas en poscosecha, se observó que una aplicación tardía disminuye aún más la eficacia de control. Se determinó también la importancia de aplicar el fungicida antes del desverdizado, ya que estudios realizados mostraron una reducción del 50% de control de los fungicidas cuando se aplican después de este proceso.
Estudios epidemiológicos preliminares están mostrando una relación directa entre la edad de la planta y la incidencia de esta enfermedad, con variaciones de acuerdo a las prácticas de manejo sanitario en campo. Por ejemplo, en una misma zona, lotes de limón de 15 años de edad mostraron una incidencia promedio de 10% de podredumbre peduncular, oscilando los valores entre 7 a 15%, mientras que lotes de más de 25 años mostraron en promedio un 30% de incidencia, con variaciones entre 22 y 49%. |
Actualmente se está estudiando en qué medida las diferentes prácticas de manejo en campo contribuyeron a las diferencias observadas en los valores de incidencia.
En vista de esta situación existe la necesidad de hacer cada vez más eficientes las prácticas de manejo actuales. Así la EEAOC está trabajando en adquirir mayor conocimiento de la epidemiología de las podredumbres pedunculares con fines de desarrollar estrategias que minimicen el daño que causa esta enfermedad.