Tendencia mundial: la Eeaoc sugiere a la industria azucarera apuntar hacia el alcohol y hacia otros coproductos

Ing. Marcelo Ruiz, Director Asistente en Tecnología Industrial

La entidad evalúa derivados comerciables y busca mejorar el proceso energético.

El desarrollo de tecnologías para alcanzar producciones sostenibles y eficientes de la caña de 108azúcar y sus derivados, que ayuden a lograr una industria competitiva y dinámica, resulta una tendencia mundial, a la que apunta el complejo azucarero de nuestra provincia.

En Tucumán, la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc), siempre a la vanguardia de las investigaciones en nuestra región, concentra su estrategia desde el área industrial. El director Asistente de Tecnología Industrial (DATI) de la Eeaoc, Marcelo Ruiz, detalló los proyectos y objetivos que se plantean para el corto y para el mediano plazos.

– Desde hace 110 años la Eeaoc se especializa en aportar soluciones para la industria azucarera. ¿Cuáles son las acciones e investigaciones que están desarrollando?

– Mejorar la productividad del cultivo para el sector sucroalcoholero es un objetivo siempre vigente. Dentro del área industrial contamos con dos programas de investigación: Industrialización de la caña de azúcar y Bioenergía.

– ¿De qué se tratan?

– El primero, a cargo de Dora Paz, está destinado a coordinar los estudios sobre la obtención de derivados comercializables de la caña de azúcar, mediante la investigación de tecnologías que optimicen los balances energético y económico con impacto ambiental mínimo. Este programa, que tiene muchos años, hizo hincapié en la incorporación de la metodología NIR (espectroscopia de infrarrojo cercano), en el estudio de la calidad de la materia prima y del producto final, en el uso racional del agua y efluentes, y en la evaluación y las mejoras energéticas en el proceso sucroalcoholero. Estas investigaciones contribuyen a brindar servicios a la mayoría de las empresas de la región, del país y también del extranjero.

– ¿Y el de Bioenergía?

– Este, del cual soy el coordinador, apunta a hacer eficiente el proceso energético y la producción de azúcar y de alcohol; a estudiar la posibilidad de generar energía eléctrica mediante el uso del residuo agrícola de cosecha (RAC) y de otras materias primas, y, por sobre todo, a producir energías renovables teniendo en cuenta los efectos negativos de los combustibles fósiles en el medio ambiente. El programa también estudia -e interactúa con las destilerías de la región- la mejora de la eficiencia de producción de bioetanol, un factor clave en la rentabilidad del mismo.

– ¿Qué tan importante es generar energía mediante el RAC?

-Hoy resulta clave la posibilidad de vender energía eléctrica a la red; es una realidad y muchos ingenios de la provincia lo están implementando.

– ¿Cómo analiza el futuro de la agroindustria azucarera en el contexto mundial actual?

– El mercado azucarero, tanto el interno como el mundial, tiene fuertes inconvenientes de precios. La tendencia global es ir por la producción de biocombustibles, de bioelectricidad y por el desarrollo de coproductos -productos derivados de la caña de azúcar-, algunos de los cuales podrían ser muy importantes -esto se debatió en el Congreso Mundial de Caña de Azúcar-. La producción de alcohol es hoy tan o más importante que el azúcar. Y permite ir por otro canal: si el azúcar se exporta con valores poco favorables, el ingenio puede tener otro producto, con otros precios. Si bien el precio del alcohol está desfasado al valor que debería tener, es una salida distinta.

– Y además del alcohol…

– La generación de energía eléctrica y el uso del bagazo y del RAC son fuentes de ingreso distintas; y estamos poniendo énfasis en estos desarrollos. Otra alternativa que estamos estudiando es cómo hacer productos mejoradores de alimentos o aditivos alimenticios de característica prebiótica, que son derivados de la sucroquímica. Otra línea son los bioplásticos, que se pueden incorporar en el envasado de alimentos. Todas estas opciones son hoy una tendencia, y su ventaja es que son producidos con fuente renovable y algunos hasta son biodegradables.

– En la línea de buscar el mínimo impacto ambiental posible…

– Exacto. Y a esto sumamos el uso racional del agua. La Eeaoc acompaña y trabaja en la racionalización de su uso para que el consumo de agua por tonelada de caña procesada disminuya, como ocurre en los países de mayor eficiencia.

– ¿Cuál es el camino para mantener la sustentabilidad ambiental?

– Nuestros trabajos apuntan fundamentalmente a la producción de energía, a potenciar el parque de las calderas bagaceras y a tratar de hacer más eficiente -con menor consumo energético- el uso de combustible dentro de un ingenio. Lo hacemos controlando fuertemente las condiciones de combustión, para evitar emisiones por chimenea fuera de rangos establecidos, y proponiendo la tecnología de secado de bagazo con gases de caldera, como forma de aumentar la producción de vapor. Buscamos que se genere y/o cogenere energía eléctrica renovable para vender a la red. Por otra parte, nos demanda especial atención la cantidad de vinaza que se genera al aumentar la producción de alcohol.

– ¿Y qué se hace con este tema?

– Ya se dispone de tecnologías pertinentes, por ejemplo la concentración térmica, para que se reduzca la cantidad de vinaza por litro de alcohol. Esta tecnología fue ensayada desde la Eeaoc, en un equipo piloto que se instaló en el ingenio Leales. Otro ingenio tucumano proyecta generar energía eléctrica mediante la incineración de vinaza; y las cenizas resultantes funcionan como fertilizante con características potásicas. Dentro de la misma línea se desarrolló el proceso de producción de compost a partir de vinaza, cenizas y cachaza, principalmente, lo que permite que se le dé una disposición sustentable a estos residuos, además de generar un producto con propiedades mejoradores del suelo.

– ¿Se puede hacer algo más con la vinaza?

– Desde la institución se está desarrollando la generación de biogás a partir de la fermentación anaeróbica de vinaza. Este puede ser utilizado para el consumo de la fábrica. Y se están analizando otras materias primas, como la cachaza, para producir este biocombustible, de origen renovable. En otros países, como Colombia, se trabaja en concentrar la vinaza y secarla en secadores de spray. La mezclan con algún otro fertilizante y de esa forma obtienen un producto en polvo más fácil de manipular. Esto también se está estudiando para nuestra región.

Fuente: EEAOC, Publicado en La Gaceta