Soja: la “oruga bolillera” afloró por la seca y el calor

La actual situación del complejo de plagas de la soja en la provincia fue expuesta por técnicos de la sección Zoología Agrícola de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc).

Las condiciones ambientales durante el desarrollo del cultivo tienen una marcada influencia sobre la ocurrencia y sobre la dinámica de las plagas, favoreciendo el desarrollo y la evolución de algunas.
La falta de lluvias y las elevadas temperaturas registradas entre fines de diciembre y mediados de enero favorecieron a la “oruga bolillera” (Helicoverpa spp.) en las sojas RR1. Sobre todo, en las sembradas de manera más
temprana. En lotes con ataques intensos durante las etapas vegetativas, existe la posibilidad de que se manifieste nuevamente la “oruga bolillera”, ahora afectando las vainas y los granos de la soja.
Otra plaga favorecida por las condiciones de sequía y altas temperatura es la “arañuela roja” (Tetranychus urticae), un ácaro pequeño -de 0,2 mm a 0,6 mm-, de color rojo pardo y un ciclo de vida muy corto. Su ocurrencia se inicia por rodales, y se expande de manera rápida en el lote si cuenta con las condiciones
favorables para su desarrollo.
Los daños se inician en el envés de las hojas, en el estrato inferior del cultivo. Las hojas adquieren una tonalidad verde pálida al inicio; posteriormente se tornan cloróticas y evolucionan hasta la necrosis y hasta la caída del follaje.
Debido a la reducción del área foliar, sus daños tienen importancia en las fases reproductivas correspondientes a la formación de vainas y al llenado de los granos.
Es importante el monitoreo de los lotes de soja a partir de la observación de las hojas del tercio medido del cultivo, para detectar la presencia de este ácaro. En caso de tomar medidas para su control, tratar de que las poblaciones no sean muy elevadas, porque la eficacia del tratamiento será considerablemente menor a la esperada, lo que obligará en poco tiempo a realizar una nueva aplicación.

Los técnicos comentaron que otras plagas no fueron muy favorecidas por las condiciones ambientales de la campaña; y entre ellas mencionaron a las orugas defoliadoras y al complejo de chinches, que mostraron una baja ocurrencia en el cultivo de soja.
También se mencionó lo ocurrido con el “picudo negro” de la vaina (Rhyssomatus subtilis), con bajos valores al inicio de campaña, ya que la falta de lluvia atrasó la emergencia de este picudo desde el suelo.
Los técnicos comentaron que algunos lotes de soja están por ingresar a las fases de llenado de grano, durante las cuales este picudo ocasiona los mayores daños. Desde la sección Zoología Agrícola de la Eeaoc, y en forma
conjunta con técnicos y productores de la zona, se está realizando un seguimiento de la dinámica de emergencia de este picudo desde el suelo. Esta información se actualiza semanalmente y está disponible en la página web de
la entidad agrocientífica y en sus redes sociales.