Quema de caña de azúcar: atención especial este año

Las condiciones del clima, seco y muy frío, favorecen la
aparición de incendios.

La quema es unos de los principales problemas ambientales de Tucumán.
Cuando empieza la estación seca del año es muy común ver numerosos
incendios en cañaverales, rastrojos de cañaverales, banquinas, pastizales y
basureros.
Tan arraigada en la provincia, la quema está muy inuenciada por las
condiciones climáticas de cada año. En años secos, y en especial, si coincide
con la ocurrencia de heladas, el problema se potencia.

La sección sensores Remotos y SIG de la Estación Experimental
Agroindustrial Obispo Colombres (Eeaoc) hace un monitoreo anual de la
quema de caña en la provincia. En los últimos años se pudo elaborar una
tabla que muestra la evolución de la supercie quemada con caña de azúcar
entre 2009 y el año pasado, y la inuencia de las heladas. En la gura se
observa el porcentaje de la supercie total con caña que sufrió quema -en pie
o de rastrojos- discriminados según se haya registrado heladas.
De la gura se desprende que 2009 y 2013 fueron años con heladas muy
severas, durante los cuales la quema fue descontrolada: se quemó el 68% y
un 43% de la supercie cultivada, respectivamente. Luego vinieron tres años
en la sin heladas, en los cuales la incidencia de la quema disminuyó
notablemente, con un mínimo de un 10% en 2015. Tras estas zafras siguieron
dos años con heladas, y la quema creció. Durante el año pasado las heladas
fueron suaves, y no afectaron el grado de combustibilidad de los cañaverales:
se quemó alrededor de un 18% de la supercie con caña.
Ante esta perspectiva, y teniendo en cuenta las condiciones que se vienen
dando este año -heladas severas y otoño muy seco-, cabe esperar que las
quemas superen a las del año pasado.
Como se ve en la gura, si bien la quema en perspectiva viene disminuyendo
durante la última década, está muy condicionada por los factores
ambientales. Por lo tanto, en años con condiciones predisponentes para el
fuego, en los campos se deben extremar las medidas de prevención contra
quemas accidentales. Por otro lado, todos los organismos competentes
deben impulsar campañas de concientización, dirigidas a los cañeros y a la
sociedad civil, para que ningún ciudadano se sienta ajeno a este problema.
Se logrará mayor conciencia ambiental en la sociedad si este año -complejo y
con condiciones muy predisponentes para la quema- no se llega a los niveles
registrados en los años 2009 o 2013.

Fuente: EEAOC, publicado en La Gaceta