Mantener la cobertura con RAC favorece al cañaveral y mejora la sustentabilidad

Fuente: EEAOC, publicado en la Gaceta 3 de julio

Entre los sistemas productivos sustentables, se encuentra la cosecha en verde del cañaveral que elimina el uso del fuego. Utilizando este sistema se evita el impacto negativo de la quema sobre el ambiente y la salud humana.

Como consecuencia de esta práctica, se depositan sobre la superficie del suelo una importante cantidad de hojas verdes, hojas secas y despunte, lo que se conoce como residuo agrícola de cosecha (RAC). La cantidad de RAC que queda sobre la superficie del suelo inmediatamente después de la cosecha en verde, para la provincia de Tucumán, varía entre 7 y 20 toneladas de materia seca/ha y depende de: la variedad, la facilidad de defoliación de la caña, el nivel productivo del cañaveral y la capacidad de limpieza de las maquinas cosechadoras, entre los aspectos más importantes.

Existen diferentes alternativas de manejo del RAC: conservarlo como cobertura o «mulching» sobre la superficie del suelo, incorporarlo en el perfil del suelo o retirarlo del campo para su aprovechamiento como fuente de energía o para alimentación animal. La elección entre los manejos citados dependerá del régimen pluviométrico, tipo de suelo y presencia de capa freática cercana a la superficie. Así, en aquellas zonas del área cañera sin problemas de exceso de humedad o capa freática cercana a la superficie es posible dejar la cobertura de RAC sin inconvenientes. Por el contrario, en los lugares donde los excesos de humedad y la presencia de la capa freática son un problema no es positivo dejar el RAC en superficie.

Estudios realizados por la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres  (EEAOC) en Tucumán, demostraron que mantener el RAC como cobertura sobre el suelo proporciona numerosos beneficios para la producción de caña de azúcar. Entre ellos, funciona como una barrera física que evita que el agua acumulada en el perfil del suelo se evapore rápidamente, conservando de esta manera la humedad por más tiempo y, además, favorece la infiltración del agua de lluvia/riego. Por ello, los cañaverales que crecen en secano con cobertura de RAC, pueden alcanzar mayores producciones culturales, al mantener el suelo un contenido hídrico más elevado. Esta mayor producción obtenida cuando se deja el RAC sobre el suelo es notoriamente más marcada en años secos.

La cobertura también reduce la erosión del suelo (eólica e hídrica), disminuye la población y diversidad de las malezas y el ataque de ciertas plagas, lo que se traduce en un menor uso de agroquímicos.

La descomposición del RAC es un proceso lento y al finalizar el ciclo agrícola el porcentaje de descomposición puede variar entre 25 % y 70 %, en este proceso participan   activamente las poblaciones  microbianas del suelo. Por otra parte,  la descomposición del RAC está directamente afectada por las temperaturas, el tiempo transcurrido entre una cosecha y la siguiente y por las precipitaciones.

La ingeniera Atina Criado, del equipo de trabajo de Agronomía de Caña de Azúcar, explica que “se estudió el contenido de carbono (C), nitrógeno (N), fósforo (P), y potasio (K) del RAC inmediatamente después de la cosecha y al finalizar el ciclo agrícola”. “Con esta información se calculó la cantidad de nutrientes liberados al agroecosistema a partir del RAC. Como resultado se obtuvo que, según los diferentes ciclos productivos, anualmente a partir del RAC se aportaron al agroecosistema entre 5 y 8 t de C/ha, 11 y 105 kg de N/ha, 0,2 y 5,5 kg de P/ha y 28 y 133 kg de K/ha. Esto demuestra el reciclado de nutrientes que permite el mantenimiento de la cobertura de RAC, lo cual en el mediano y largo plazo puede influir en el manejo de la nutrición del cultivo”, detalla la profesional.

La eliminación del RAC mediante la quema se encuentra prohibida, ya que produce daños al medio ambiente y a la salud de la población. Además, cuando el RAC se quema se elimina a la atmósfera entre el 70 % y 90 % del nitrógeno, carbono y en menor medida otros nutrientes contenidos en este residuo, perjudicando la sustentabilidad del sistema productivo.

“Cuando se mantiene el RAC como cobertura, se aporta materia orgánica al agroecosistema, se favorece el reciclado de nutrientes, y en el mediano y largo plazo, se mejorarán las condiciones de fertilidad y la estructura del suelo con los consiguientes beneficios para la producción. Así mismo, los estudios mostraron un incremento de la población de microorganismos benéficos en el suelo y en la planta cuando se mantiene la cobertura de RAC”, señala la ingeniera.

“Estos efectos positivos, sumados a la mejora del contenido de humedad en el perfil del suelo, el control de la erosión, la disminución de la población y diversidad de las malezas, etc. justifican plenamente la adopción del manejo del cañaveral con cobertura de RAC en aquellas situaciones donde es posible hacerlo”, indica Criado.

Ing. Agr. Atina Criado: acriado@eeaoc.org.ar