La EEAOC trabaja en transformar residuos de la agroindustria en Energía

En la columna de hoy, Suena a Campo dialogó con el Doctor Daniel Machado, Dr. en Gestión Industrial y Responsable del Laboratorio de Investigaciones Ambientales de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), sobre las investigaciones en tratamiento de residuos agroindustriales.

El laboratorio de investigaciones ambientales nació en el año 2008 y pertenece a la sección Ingeniería y Proyectos Agroindustriales del área industrial de la EEAOC. Se creó con la misión de guiar y acompañar a las diferentes agroindustrias de Tucumán, principalmente las citrícolas y sucroalcoholeras para que éstas pudieran mejorar el desempeño ambiental, atendiendo a sus propias propuestas para el tratamiento de desechos, reutilización y aprovechamiento de los residuos.

“Dentro de la agroindustria y de las funciones de este laboratorio, tenemos dos pilares económicos los cuales, según la magnitud que tienen, generan grandes volúmenes de residuos orgánicos”, comentó Machado. “Por un lado las industrias citrícolas, que generan 3 a 4 m3 de residuos por cada tonelada de limón que procesan. Por otro la industria sucroalcoholera, que particularmente en el proceso de destilación genera importantes cantidades de vinaza, en torno a 12 a 13 litros por cada litro de alcohol elaborado. Son grandes volúmenes de residuos orgánicos, que las empresas tienen que atender para trabajar de manera sustentable”, enfatizó.

El laboratorio de investigaciones ambientales tiene dos conjuntos de análisis, según precisó el especialista. Por un lado, están los ensayos que son más típicos y como caracterización sencilla de la materia orgánica: pH, conductividad, demanda química de oxígeno (DQO), demanda bioquímica de oxígeno (DBO) y otros que son más frecuentes y extendidos para los laboratorios en general.

Por otro lado, hay ensayos más específicos. Por ejemplo los de actividad metanogénica específica que tienen los lodos anaeróbicos que intervienen en el tratamiento de efluentes, de la biodegradación anaeróbica de la materia orgánica.

El laboratorio está adaptado y adecuado para hacer análisis de la actividad de esos lodos y cuenta con la capacidad técnica y los recursos humanos entrenados para investigar sobre la aptitud que tiene la materia orgánica para ser degradada biológicamente y detectar e investigar sobre la capacidad de esa materia orgánica. “Además, se analiza, lo que es esperable obtener de biogás o metano que es un análisis al que le llamamos Potencial de Metanización. Con dicho estudio se está evaluando cuánto de metano nos podría entregar un residuo orgánico si lo sometemos a una biodigestión anaeróbica” detalla Machado.

Todo esto ronda en el aprovechamiento de la biomasa como una energía sostenible en el tiempo y renovable “Nuestra labor está muy orientado a obtener energía de biomasa, hemos hecho ensayos a escala laboratorio y a escala piloto. Inclusive prototipos semiindustriales en los cuales hemos acompañado a las empresas para que ellos mismos desarrollen en sus predios reactores y biodigestores. De esta manera, ellos mismos, con sus propios residuos orgánicos pueden obtener biogás y pueden cuantificar la cantidad de este recurso” comentó el Doctor.

“El aspecto más importante, es transformar un residuo, algo que se tira y que tiene un impacto negativo al medio ambiente, en energía que podemos usar y hasta reducir costos en la producción”agregó Machado.

Con respecto al trabajo conjunto con otras instituciones, en entrevistado comentó que: “Junto a la Secretaría de Medio Ambiente tuvimos la oportunidad de interactuar y sumar a la sección Suelos y Nutrición Vegetal de la EEAOC. Este equipo elaboró documentos que sirven como protocolos para la disposición sustentable de los efluentes cítricos. La resolución 0013 surgió en el año 2012 y estaba orientada a aconsejar como podría ser la disposición de un efluente cítrico en un suelo cultivable o no cultivable de acuerdo a su disposición y a los tipos de controles que debieran establecerse para no dañar el suelo. En el año 2011 se estableció la resolución 040 y 047 sobre aplicación de vinaza en suelos no productivos y productivos de manera que no resulte perjudicial para los futuros cultivos y el desarrollo agronómico”.

Fuente: Suena A Campo