Jornadas técnicas sobre plantación cosecha de caña de azúcar

Fuente: EEACO, publicado en La Gaceta 4 de junio de 2022

El Programa Caña de Azúcar de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), organizó una jornada técnica sobre plantación y cosecha en caña de azúcar.

 Con el objetivo de llegar a todos los productores cañeros de Tucumán en forma más directa, en esta oportunidad el evento se desarrolló en dos lugares y días diferentes. El viernes 27 de mayo en un predio de la localidad de Esquina (Leales); en tanto, el viernes 3 del corrientes, se llevó a cabo en la Subestación Santa Ana de la EEAOC.

La apertura estuvo a cargo del Dr. Eduardo Romero, coordinador del Subprograma de la Caña de Azúcar de la EEAOC. “Estas jornadas buscan intensificar la presencia de la EEAOC en zonas cercanas a los productores, en este caso particular con los Cañeros Unidos del Este y con el grupo de cañeros independientes del Sur, y lograr así una mejor difusión de nuestros aportes técnicos para su posterior adopción”, remarcó el profesional.

Preparación de suelos

Abrió las disertaciones el Ing. Juan Ignacio. Romero, de la Sección Suelo y Nutrición Vegetal. Inició la jornada recordando a los productores algunos criterios fundamentales a tener en cuenta para realizar una adecuada preparación del suelo, que permita una plantación exitosa.

“Debe considerarse la textura y el nivel de humedad del suelo. El laboreo no debe realizarse con contenidos elevados de humedad ni tampoco con contenidos muy bajos. Debe buscarse la mejor oportunidad de laboreo para cada situación o lote, prestando especial atención en aquellos suelos de textura fina”, indicó el especialista.

Otra recomendación del ingeniero fue no utilizar «recetas» sino analizar cada situación.  “Es importante diagnosticar la necesidad del laboreo profundo y observar a campo el resultado de las labores para definir el número de tareas o pasadas necesarias. El exceso de laboreo atenta contra la estructura de suelo y es contraproducente”, recomendó el especialista.

El expositor también resaltó la importancia de “cuidar la materia orgánica del suelo, ya que la misma otorga estabilidad a su estructura y resistencia a la compactación, además de muchos otros beneficios”.

Seguidamente, el Ing. Daniel Duarte, de la Sección Agronomía, capacitó a productores sobre: “Criterios a tener en cuenta para una plantación exitosa”.

Duarte comentó que la plantación es una de las etapas de mayor importancia e inversión económica en el cultivo de la caña de azúcar. “Una buena plantación nos permitirá: obtener adecuados niveles de emergencia, brotación rápida, una buena distribución uniforme de tallos, para alcanzar la  máxima cantidad de tallos molibles con cepas bien establecidas y vigorosas”, remarcó.

En Tucumán conviven dos sistemas de plantación: la plantación manual y el sistema de plantación mecanizado. En la plantación manual la cosecha del lote semillero, la distribución y el troceado de la caña semilla en el fondo del surco, se realizan en forma manual. En el sistema de plantación mecanizada, la cosecha del lote semillero, el troceado y traslado de la caña semilla, y las operaciones de la plantación propiamente dichas (surcado, distribución de la semilla y tapado) se llevan a cabo mecánicamente.

El ingeniero Duarte destacó que, para lograr una buena plantación, se debe partir de una adecuada preparación de suelo : “nos permitirá tener una buena cama de siembra favoreciendo el íntimo contacto caña semilla-suelo, sin cámaras de aire u otros impedimentos que favorezcan la deshidratación de la semilla y sin impedimentos para el desarrollo de las raíces y brotes.”

Otro aspecto importante es la planificación y diagramación de las futuras plantaciones, lo que incluye ubicación de los lotes semilleros (cerca del futuro lote a plantar), elección de variedades, uso de caña semilla de alta calidad, desinfección de maquinaria y herramientas, etc.

Según explicó el profesional, el diseño de plantación de mejor respuesta productiva en Tucumán es el de surcos de base ancha, este diseño permite una mejor población de tallos y una mayor producción de caña por unidad de superficie. “En este diseño la base del surco tiene entre 40 y 60 centímetros de ancho, la profundidad de surcado es de 10 a 20 centímetros y la distancia entre surcos es de 1,60 metros”, puntualizó.

“La densidad de plantación se expresa como el número de yemas plantadas por metro lineal de surco. En Tucumán para las plantaciones de otoño-invierno, la densidad de plantación recomendada, cuando se emplea caña semilla de alta calidad y se realizan correctamente la preparación del suelo y las tareas de la plantación, es de 15 – 20 yemas por metro”, agregó.

Otras recomendaciones

-El cruce de la caña semilla consiste en superponer la porción basal del tallo con yemas más viejas y lignificadas con la porción apical que presenta yemas más jóvenes y tiernas, con esta tarea se busca evitar fallas y lograr una emergencia homogénea”.

-El troceado de la semilla se realiza para romper la dominancia apical y favorecer la brotación de todas las yemas, las mejores respuestas se obtienen con trozos de 3 a 5 yemas (estacas de 50 a 60 cm)”.

-La altura del bordo con la que se tapa la caña semilla en la época otoño–invierno es de 15  a 30 centímetros, con el objetivo de conservar la humedad y facilitar el control de malezas. Cuando aumenta la temperatura ambiente, se debe bajar el bordo para permitir el calentamiento del suelo y favorecer la emergencia de los brotes.

-Una vez bajado el bordo y establecidos los brotes, se deben monitorear las plantaciones para determinar fallas, siendo estas los espacios vacios en la línea del surco. La ocurrencia de un número elevado de fallas trae como consecuencia una disminución en la productividad y longevidad del cañaveral.

El ingeniero Duarte concientizó a los productores sobre aquellos errores que se cometen en la preparación del suelo, selección de la semilla, elección de la variedad, diseño, época y densidad de plantación, que se verán reflejados en toda la vida del cañaveral, por lo cual debe prestarse a las tareas de plantación la atención que merecen. “La EEAOC viene trabajando con ingenios, productores, y cooperativas en el acompañamiento de las plantaciones y en la evaluación de los  cañaverales para optimizar su productividad”, destacó el profesional.

Monitoreo y evolución de la quema de cañaverales

Desde la Sección Sensores Remotos y SIG., el Lic. Javier Carreras, brindó un panorama sobre la evolución de la quema de caña de azúcar en nuestra provincia.

El profesional comentó que “históricamente uno de los procedimientos más aprovechados y difundidos para la cosecha de caña de azúcar en el mundo es el de la quema del cañaveral. Sin embargo, esta práctica hoy en día, está sometida a un número importante de críticas, fundadas principalmente, en la concientización sobre el impacto que esta genera en el contexto medioambiental y social. Sumado a esto, la gran cantidad de estudios científicos que demuestran las potenciales pérdidas de rendimiento en una caña que atravesó una quema con respecto a aquella libre de fuego. Por otro lado los intereses económicos y ecológicos derivados de la utilización de los residuos energéticos, favoreció el aumento de las prácticas de cosecha de caña de azúcar en verde”.

En algunas zafras cañeras, además prevalecen condiciones predisponentes a la propagación del fuego en los cañaverales; fuertes heladas sumadas a la sequedad del ambiente definen un escenario marcadamente favorable para su expansión.

“En este contexto, es de suma importancia la evaluación espacio-temporal de estos procesos, y de esta forma poder proveer de factibles escenarios de planificación presente y futura. Aquí juegan un rol importante los sensores remotos, que permiten que sumados a los Sistemas de Información Geográfica (SIG), permite realizar un minucioso seguimiento del fenómeno en estudio”, subrayó Carreras.

“Utilizando estas metodologías pudimos obtener resultados de superficie quemada desde el año 2013 al 2022 (año a año), con segregación de datos a nivel departamental, permitiendo así el monitoreo y cuantificación del fenómeno”, comentó.

“Además del monitoreo provincial de superficie y haciendo hincapié en la pérdida de producción, se realizaron estudios particulares en campos productores de caña de azúcar, donde se corroboró por medio de análisis satelitales y de campo, que las pérdidas en los cañaverales afectados por quemas en periodos críticos como el caso de la brotación, puede significar desde un 90 a un 100%. Mientras que en campos afectados por quemas tempranas sobre rastrojo, las pérdidas significaron un 43% aproximadamente. Lo que pone de manifiesto las condiciones adversas que este fenómeno imprime en la producción y el contexto socio ambiental”, detalló el licenciado.

Certificación localg.a.p.

Los especialistas destacaron la importancia de la certificación localg.a.p. , una herramienta de adhesión voluntaria que permite al productor cañero de Tucumán, demostrar que no usa el fuego en ninguna etapa del cultivo de caña de azúcar y hace todo lo posible para evitar quemas accidentales en sus campos.

Para certificar estas normas hay que cumplir un protocolo relativamente sencillo, que entre sus puntos más destacados exige que los callejones del campo se encuentren rastreados para evitar el paso accidental del fuego, que haya cartelería visible en el predio sobre qué hacer en caso de incendio, tener al menos una persona capacitada dentro del personal de campo para el manejo del fuego, entre otras cuestiones.

El protocolo completo se encuentra disponible para su descarga, en la página de la Mesa de Gestión Ambiental de Tucumán, enlace www.mgatucuman.org.

Optimización de cosecha

El Ing. Juan Fernández de Ullivarri, de la Sección Agronomía de la Caña de Azúcar brindó recomendaciones para una cosecha eficiente

“En años donde hay poca disponibilidad de caña, resulta fundamental que toda la caña de azúcar producida en el campo llegue al ingenio. Para lograr esto, es importante hacer un control de la cosecha y minimizar las pérdidas durante este proceso”, señaló Ullivarri.

El profesional hizo hincapié en que “dentro de las pérdidas de cosecha, hay que prestarles especial atención a las que se producen en el troceado y las generadas por el extractor primario”. “Un troceado corto puede asegurar una mejor limpieza y una mayor densidad de carga, sin embargo, al acortar el troceado, aumentan significativamente las pérdidas de azúcar. Un troceado promedio de 12 cm puede aumentar las pérdidas entre un 8 y 10 %. Un troceado recomendable seria cerca de 20 cm, para asegurar una buena densidad de carga, una limpieza adecuada y reducir las pérdidas de azúcar”, detalló.

Respecto a las pérdidas por extractor, indicó que estas pueden llegar a ser muy importantes, sobretodo en cañaverales de baja producción, por lo tanto en estos casos no es recomendable que se utilicen velocidades mayores a 900 rpm en extractor primario. En caso de requerir una mejor limpieza de la caña, resulta más eficiente para disminuir los niveles de trash, reducir la velocidad de avance de la máquina que aumentar la velocidad del extractor primario.

“En todos los casos, siempre es recomendable realizar un seguimiento de la cosecha y controlar las pérdidas, de esta forma se podrá regular la máquina lo más eficiente posible y minimizar la cantidad de caña que se deja en el campo, asegurando una mayor rentabilidad y una mayor recuperación de azúcar”, señaló el ingeniero.